Aunque el ejercicio es uno de los puntos clave para la prevención de enfermedades, también puede ser un riesgo si no se hace adecuadamente.
Claro, una resonancia magnética de rodilla, cadera, columna y demás, puede servir para diagnosticar adecuadamente tu lesión. No obstante, la clave se encuentra en prevenir y ¿qué mejor forma de hacerlo que ejercitarse de forma correcta.
Sigue leyendo y descubre 6 formas sencillas de evitar lesiones en tu sesión de ejercicio.
1. Reconoce cuáles son tus límites
Una de las formas más sencillas para evitar una lesión es reconocer hasta dónde puede llegar tu cuerpo y cuáles son sus puntos débiles. Teniendo esto en cuenta, evita las actividades que los expongan más.
Por ejemplo, si tienes problemas de rodillas y comienzas a correr en una caminadora o hacer pesas con las piernas, es muy probable que termines recurriendo a una resonancia magnética.
2. Todo es cuestión de sexo
Sí, todo es cuestión de sexo porque los puntos fisiológicos relacionados con el sexo de cada persona, influyen en el tipo de lesión que sufren.
Por ejemplo, en general, los hombres funcionan mejor en actividades que requieren un plano rígido de movimiento, como levantamiento de pesas. No obstante, las actividades que requieran mayor flexibilidad pueden causarles lesiones.
Por otro lado, las mujeres se desempeñan mejor en actividades que requieren múltiples planos, como yoga, ciclismo o pilates. Sin embargo, las mujeres se encuentran en un mayor riesgo de lesiones relacionadas con el ligamento cruzado anterior, por lo que deberían evitar actividades de “tira y afloja” en las piernas, como esquiar, básquetbol o deportes de raqueta, para evitar un tratamiento que comience con una resonancia magnética de rodilla.
Esto no significa que se deban evitar ciertas actividades de acuerdo al sexo, sino que se deben tomar las precauciones necesarias al hacerlo.
3. Contrata un profesional
Si es la primera vez que vas a hacer cierta actividad física o tiene mucho tiempo que no la realizas, acudir con un entrenador certificado que te pueda guiar en el proceso de adaptación, te puede evitar lesiones inesperadas.
El entrenador se encargará de moderar tus rutinas, previniendo que ejercites demasiado en muy poco tiempo, pero proporcionando una progresión apropiada de ejercicios, pesos y periodos de descanso adecuados para tu edad y condición física.
4. No te dejes llevar
Todo comienza con un simple deseo: quieres hacer más ejercicio. Pero, de alguna forma, se te olvida que han pasado años, incluso décadas, desde la última vez que te ejercitaste.
Así pues, comienzas a hacer mucho ejercicio, con mucha intensidad y antes de darte cuenta, tienes una lesión. Los hombros son una de las partes del cuerpo con mayor riesgo en estas situaciones, dado que se suele poner demasiado peso sobre ellos o hacer repeticiones sin una alineación adecuada.
Además, ¿sabías que la gran mayoría de las personas piensa estar en mejor forma de lo que verdaderamente está?
5. Calienta y toma tu ritmo poco a poco
Sin importar la actividad física que realices, es menos probable que te lastimes si calientas antes de cada sesión y agarras ritmo poco a poco a medida que tu entrenamiento avance.
6. No exageres
Aunque hacer un ejercicio una y otra vez puede ayudarte a perfeccionarlo, también puede ponerte en riesgo de sufrir una lesión causada por el uso excesivo de dicho músculo. Lo ideal es variar el entrenamiento y descansar adecuadamente.
Está bien hacer ejercicio cada día, siempre y cuando no sientas dolor. Sin embargo, también debes recordar que mientras más cansados estén tus músculos, más propensos son a lastimarse.
Ahora bien, si comienzas a sentir dolor de forma constante, es recomendable que te realices una resonancia magnética para verificar la salud de tus músculos, ligamentos y demás.
En Hospital San Ángel Inn, ponemos a tu disposición la mejor tecnología para el tratamiento de lesiones deportivas, como la resonancia magnética de rodilla. ¡Conócenos!
