Las tomografías son una técnica que permite visualizar las características del interior de objetos opacos.
Este tipo de estudio de imagen combina imágenes de rayos X obtenidas desde diferentes ángulos. Luego, una computadora sobrepone los resultados de cada imagen y muestra los huesos, tejidos blandos y vasos sanguíneos del cuerpo.
Sin embargo, las tomografías suelen proveer mucha más información que un estudio de Rayos X, dado que la sobreposición genera imágenes tridimensionales de los órganos internos y las estructuras del cuerpo. Así pues, una TC puede reducir la necesidad de una cirugía al proveer a los doctores mayor información para un diagnóstico más acertado.
Existen varios motivos que podrían generar la necesidad de realizarse este estudio:
En general, la experiencia es completamente indolora y no produce efectos secundarios. Usualmente, tardará de media hora a hora y media. Antes de realizarla, debes preguntar a tu médico cuáles son los requerimientos que debes cumplir para que el estudio se haga de forma correcta.
Al ingresar a la habitación, observarás el escáner con forma redonda y una mesa en medio. El técnico te va a colocar generalmente boca arriba. Es posible que te coloquen almohadas o cuerdas para mantenerte fijo durante el examen, ya que el movimiento reduce la calidad de las imágenes obtenidas.
Si eres claustrofóbico o tienes dolores crónicos, es posible que el examen sea estresante, por lo que debes comentarlo a tu doctor de forma previa para que, en caso necesario, te administren un tranquilizante.
Una vez terminado el procedimiento, es posible que te den instrucciones de esperar hasta que el técnico verifique la calidad de las imágenes y de beber muchos fluidos para ayudar a tus riñones a expulsar el material de contraste. En la mayoría de las ocasiones, podrás regresar casi de forma inmediata a tu rutina.
Afortunadamente, éste es un procedimiento con muy pocos riesgos. Como sea, durante su realización, el paciente está expuesto brevemente a mucha más radiación que a la que se expone durante un estudio de Rayos X.
El problema más común relacionado con las tomografías es la reacción alérgica al material de contraste utilizado para ciertos estudios. La mayoría de estas reacciones se presentan como comezón o urticaria. No obstante, es importante que los pacientes informen a sus médicos en caso de haber presentado reacciones alérgicas previamente.
Por otro lado, la tomografía no se recomienda a mujeres embarazadas o con obesidad extrema. En el primer caso, es primordial evitar el riesgo de radiación al feto; en el segundo, si la persona pesa más de 200 kg, aproximadamente, es posible que la mesa del estudio no soporte el peso.
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