Los ultrasonidos son estudios no invasivos que ayudan a diagnosticar y tratar condiciones médicas. Un ultrasonido obstétrico provee imágenes del útero y los ovarios, al igual que de un embrión o feto.
Durante un ultrasonido obstétrico, el examinador posiblemente evalúe el flujo de sangre en el cordón umbilical y, en algunas ocasiones, el flujo de sangre en el feto o la placenta.
En una ecografía, una sonda envía las ondas sonoras y recibe el eco de dichas ondas. Como las ondas rebotan en los órganos internos, los fluidos y los tejidos, esta sonda recibe cualquier cambio en la intensidad o dirección del sonido. Luego, transforma esto en imágenes que se transmiten instantáneamente en un monitor.
El movimiento del embrión y el latido de su corazón pueden ser visto durante el ultrasonido. La mayoría de los dispositivos también tienen un componente de audio que procesa el eco producido por el flujo de sangre a través del corazón, los vasos sanguíneos y el cordón umbilical del feto. Este sonido se puede hacer audible para los seres humanos.
Una ecografía obstétrica no puede identificar todas las anormalidades de un feto. Consecuentemente, cuando se sospecha una posible anormalidad, la mujer embarazada tendrá que hacerse otra prueba, conocida como amniocentesis, que consiste en la evaluación del líquido amniótico. O bien, es posible que su médico la refiera a un especialista en embarazos de alto riesgo.
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