Cuando el parto natural suponga un riesgo para la madre o el bebé, podría ser necesaria una cesárea. Algunas mujeres, sin embargo, prefieren elegirla porque así pueden controlar mejor la fecha de nacimiento del bebé, además de que reduce la ansiedad causada por la labor de parto.
Es necesario mencionar que, aún cuando se programa, una cesárea no está libre de riesgos, como pérdida de sangre, infecciones o alergias a la anestesia aplicada. Es importante elegir un buen equipo de ginecología y obstetricia si has optado por esta opción.
Tipos de cesárea
Esto puede deberse a un embarazo prolongado o múltiple, así como a obstáculos o infecciones en el canal del parto, y también a patologías relacionadas con la maternidad, como eclampsia, diabetes, epilepsia, etc.
Este tipo de cesárea puede ser necesaria, entre otras situaciones, cuando no se pueda contar con la colaboración de la madre en el parto, debido a que entró en coma, padece una enfermedad grave o debilidad extrema. Otras razones son:
Es el desgarro espontáneo del útero, que puede ocasionar que el feto quede flotando en el abdomen. Produce un intenso y constante dolor abdominal, además de retardar de manera anormal la frecuencia cardíaca del feto.
Cuando la madre expulsa al bebé y a la placenta, se detona una potente contracción que tiene la función de cerrar los vasos sanguíneos del útero y, por lo tanto, reducir el sangrado. Si esto no ocurre, se origina una atonía uterina o inercia y el resultado es una hemorragia, un hematoma en labios superiores, un intenso dolor y la acumulación de coágulos internos.
Si el peso del bebé es menor a 1,5 kg, puede que no sea lo suficientemente fuerte para aguantar un parto natural.
Tu doctor puede elegir una cesárea de emergencia si el bebé no está recibiendo suficiente oxígeno durante la labor.
Para reducir complicaciones en el parto, tu médico puede recomendar una cesárea cuando tu bebé ha sido diagnosticado con defectos de nacimiento, como exceso de fluido en el cerebro o enfermedades cardiacas congénitas.
Alrededor del 90% de las mujeres que ya han tenido una cesárea pueden dar a luz de forma natural en su siguiente embarazo. Sin embargo, deben platicar con su médico sobre cuál es la mejor opción para su situación.
Algunas mujeres dan a luz a través de este procedimiento debido a que presentan condiciones como hipertensión arterial, diabetes o enfermedades cardiacas, lo que incrementa el riesgo para la madre durante el parto.
También se recomiendan las cesáreas si la madre padece de VIH, herpes genital o cualquier otra infección que pueda ser transmitida al bebé a través del parto natural.
Se conoce como prolapso del cordón umbilical cuando el cordón umbilical se desliza por el cérvix antes de que el bebé nazca. Esto puede reducir el flujo sanguíneo del bebé, poniéndolo en riesgo.
Es una condición rara, pero cuando sucede, requiere una cesárea de emergencia.
Cuando la pelvis de la madre es demasiado pequeña o la cabeza del bebé es demasiado grande para dar a luz vaginalmente, se habla de una desproporción cefalopélvica. En cualquier caso, el bebé no puede pasar con seguridad a través de la vagina.
Los doctores realizarán una cesárea cuando las zonas bajas de la placenta cubran parcial o totalmente la cérvix. Una cesárea también es necesaria cuando la placenta se separa del revestimiento del útero, causando que el bebé pierda oxígeno.
Como miomas, fibromas, o tumores que pueden obligar a programar una cesárea.
Dado que el embarazo y el nacimiento pueden ser impredecibles, las futuras madres deben estar preparadas para realizarse una cesárea en caso de ser necesario. En Hospital San Ángel Inn queremos ayudarte a planear la mejor opción para ti y tu bebé; realízate un check-up médico con nosotros y nos aseguraremos de brindarte lo que necesitas.