Una vez que los estudios de gabinete pertinentes arrojaron la causa de la alergia de tu pequeño, existen diferentes caminos a seguir, dependiendo el resultado. Por ejemplo, si la alergia la causan los ácaros del polvo, posiblemente sea necesario replantear varios aspectos del ambiente del hogar.
Pero, ¿qué sucede cuando se trata de una alergia a ciertos alimentos?
Leer cuidadosamente las etiquetas de productos empaquetados es una de las cosas más importantes cuando se presenta esta situación.
Más allá de evitar las comidas que incluyan un ingrediente que cause alergia a tu pequeño, es recomendable que tengas los siguientes consejos en mente.
Algunas empresas incluyen advertencias adicionales que pueden relacionarse con otras alergias de alimentos, como: “Puede contener soya” o “Procesado en un recipiente que también procesa mariscos”.
Sin embargo, no todas las empresas incluyen este tipo de advertencias. Si tuvieras dudas sobre los productos que han estado en contacto con cierto alimento, y que pudieran causar una reacción alérgica en tu hijo, es mejor que te pongas en contacto con la empresa manufacturera.
En varios países, incluido México, las empresas deben establecer en un lenguaje comprensible si un producto contiene los alergénicos más comunes: gluten, crustáceos, pescados, huevo, cacahuate, nueces de árboles o sulfitos.
No es posible incluir todos los ingredientes que causan reacciones alérgicas en una etiqueta, o bien, denominarlos de una forma reconocible. En ocasiones, un alergénico puede estar escondido en una larga lista de ingredientes con nombres científicos, o simplificado en “saborizantes naturales”, “especias” u otros aditivos.
A pesar de que le hayas dado este producto durante años a tu pequeño, es importante que lo revises al comprarlo o antes de dárselo. Esto es debido a que los ingredientes o los riesgos de contacto con alergénicos pueden cambiar con el paso del tiempo. Incluso, diferentes tamaños del mismo producto pueden contener ingredientes diferentes o haber sido producidos en diferentes recipientes.
Los alergénicos alimenticios también pueden ser encontrados en productos cosméticos, de limpieza, jardinería, protección solar, etcétera. Dado que estos elementos no siguen las mismas regulaciones de etiquetado que los alimentos, debes buscar cualquier ingrediente que creas que pueda causar una reacción alérgica, o bien, hablar a la empresa con tus preguntas.
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